Por: Harol Castro (Esp. Ejercicio Físico para la Salud).
La propiocepción es determinada como el conocimiento y percepción de nuestro cuerpo en reposo o en movimiento. Es el cerebro el encargado de generar impulsos nerviosos los cuales son detectados por los receptores musculares para ejecutar los movimientos precisos deseados.
El objetivo principal de la propiocepción es proteger y mejorar la estabilidad articular, proporcionando seguridad en cada movimiento que realizamos a diario o movimientos específicos de un deporte, permitiendo así mejorar el equilibrio, sentido tempor-espacial, capacidad de estiramiento y tensión muscular entre otros beneficios.
Los ejercicios propioceptivos son utilizados para rehabilitar y prevenir algún tipo de lesión, cada ejercicio debe ser adaptado lo mejor posible permitiendo al paciente calidad y efectividad en la ejecución. Se recomienda iniciar con ejercicios en los cuales intervengan muchos apoyos y con el propio peso corporal (cuadrúpedia, bipodales) para luego pasar a utilizar menos apoyos (unipodales) y finalizar con elementos externos que permitan mayor dificultad en la ejecución (superficies inestables, discos entre otros).
Información Bibliográfica
Ulla, H y Violetta, S. (2010). La Coordinación y el Entrenamiento Propioceptivo, Barcelona: Paidotribo.
William E, Prentice. (2001). Restablecimiento de la propiocepción, la cinestesia, el sentido de la posición de las articulaciones y el control neuromuscular en la rehabilitación. Scott. Lephart, Técnicas de rehabilitación en medicina deportiva (p. 138 – 158): Barcelona: Paidotribo.